El Confidencial se hace eco de las fatales consecuencias que para el sector tendrá la nueva Ley del Juego valenciana

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El medio publica un artículo que recoge los principales aspectos esgrimidos en las alegaciones presentadas por las principales asociaciones sectoriales en contra de las medidas contempladas en el Anteproyecto que se sometió a información pública a finales de julio.

Las asociaciones han presentado una batería de alegaciones conjuntas en que aseguran que la nueva ley “va a suponer un importante retroceso para todas las empresas que conforman la industria del juego privado en la Comunidad Valenciana”.

En las alegaciones se asegura que la nueva norma pone en riesgo los 88 millones en ingresos fiscales que la Generalitat obtuvo de las máquinas y de las apuestas deportivas en 2016 y afirma que 30.000 establecimientos de hostelería obtienen un porcentaje importante de su rentabilidad de los ingresos que obtienen de las máquinas. “El anteproyecto nos ha turbado el sueño de una noche de verano, pese a no dar crédito, tenemos que alegar a fin de evitar tener que reducir nuestras plantillas de trabajadores intentando que la ley del juego no se convierta en una ley antijuego”.

Aseguran, entre otras cosas, que la “sedicente tasa fiscal-impuesto” que grava la explotación e instalación de tragaperras tendrá un efecto “perverso” contrario al deseado: “La tasa fiscal, lejos de suponer un aumento de la recaudación tributaria, supondrá su merma ante la inevitable baja definitiva de máquinas, porque muchas máquinas no cubrirán gastos fiscales y de explotación, quedando por debajo del umbral de rentabilidad aconsejable”.

Tras recordar que la recaudación se ha reducido un 49% entre 2008 y 2015 y que una medida similar en Andalucía provocó la baja de más de 9.000 máquinas y el desplome de los ingresos fiscales, las patronales proponen medidas alternativas como bonificaciones en el aumento fiscal a cambio de mantener sus plantillas (afirman dar trabajo a 4.000 personas) y reducciones en la tasa para rescatar a partir de enero de 2018 las más de 1.500 máquinas que ahora están suspendidas. Además, cargan contra el aumento de la presión fiscal sobre las terminales de apuestas deportivas, que, según dicen, supondrán “un negocio ruinoso por las inversiones realizadas”. «Hay un desconocimiento del funcionamiento del modelo de negocio”, dicen.

Las asociaciones esgrimen estudios del profesor de la Universidad de Valencia Vicente Safón para oponerse a la liberalización de operadores y la ‘descontingentación’ de máquinas. Sostienen que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ya sentenció que exista conculcación de principios de igualdad en la planificación del número de máquinas, tras el recurso de dos operadores que quedaron fuera. “Se justifica por el interés publico y por tratarse de un sector regulado, intervenido y fiscalizado administrativamente como es el del juego, que está excluido de la directiva de servicios”.

Y lanzan una advertencia sobre el tipo de operadores que podrían acceder al mercado de las tragaperras con la nueva ley: “La medida anunciada facilitaría la entrada de operadores que con total seguridad generarán problemas tanto en el ámbito recaudatorio como en el del orden público, lo decimos abiertamente si se nos permite la licencia, tratándose de grupos especuladores extranjeros y de dudosa reputación empresarial y profesional”.

Sin embargo, los argumentos de las patronales del sector han caído de momento en saco roto en la Generalitat, al menos los referidos el incremento fiscal. No solamente sigue adelante con la iniciativa legislativa, sino que en previsión de un posible retraso en la tramitación parlamentaria de la ley, ha incorporado la nueva fiscalidad de las máquinas a partir del 1 de enero a través de la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos para 2018.

Fuente: elconfidencial.com