“Dar un móvil a un niño a los 12 años o dejarle jugar a videojuegos es ponerle en riesgo. El móvil es la heroína del siglo XXI”

Son declaraciones de Marc Masip, psicólogo experto en adicción de menores a las TIC. Dirige dos centros con hospital y aula terapéutica. Imparte conferencias y charlas en colegios e institutos de España y otros países.

Marca dice que «el Gobierno debe regular el uso de pantallas» y que «los videojuegos nocivos se deberían prohibir a los menores». «Los padres no son conscientes de los peligros que pueden causar», avisa. «Estamos creando una sociedad de cobardes sin habilidades para relacionarse».

Todo esto está recogido en una interesante entrevista concedida por el psicólogo al medio El Mundo este pasado sábado y de la que extraemos a continuación algunos fragmentos.

Pregunta.– ¿Hasta qué edad los padres deberían aguantar hasta darles un móvil a sus hijos?
Respuesta.– No deberían tener un smartphone, con conexión a internet, antes de los 16 años, que es también la edad mínima de acceso WhatsApp, aunque en la práctica no se respete. ¿Por qué los 16 años? Primero, porque antes no tienen el cerebro suficientemente desarrollado ni la madurez necesaria para utilizarlo y, segundo, porque en realidad no lo necesitan. 

P.–China ha prohibido a los menores jugar a videojuegos más de tres horas a la semana. ¿Lo ve bien? 

R.– Es un avance pero no suficiente. La OMS ha dicho que los videojuegos son causantes de enfermedad y patología, así que, para los adictos, la solución es la abstinencia total, no dejarles jugar tres horas a la semana. Los videojuegos nocivos se deberían prohibir a los menores. 

P.– ¿Cuáles son los nocivos? 

R.– Lo que tienen componentes adictivos, como recompensas por la victoria, penalización si no se finaliza la partida, incentivos por jugar cada día, opción de pagar para ganar… 

P.– ¿Puede citar algunos? 

R.– Fortnite, GTA, Call of Duty, Counter-Strike, League of Legends, Among Us, Clash Royale, Browl Stars o Fifa, en la parte de la compraventa de jugadores. Las chicas juegan tanto como los chicos, pero el 95% de los adictos son chicos. 

P.– ¿Han aumentado las adicciones durante la pandemia de Covid? 

R.– Hemos visto un aumento de casos, sobre todo en videojuegos. La pandemia ha afectado a la salud mental de los adolescentes y, como los padres han estado con ellos, han podido darse cuenta de lo que pasaba. Nos vienen casos cada vez más graves y complicados.

P.–¿Hay más peligro en las redes sociales o en los videojuegos? 

R.– En los dos. La adicción a los videojuegos existe, pero los padres no son conscientes de los peligros que pueden causar. Provoca síndro- me de abstinencia, sustitución de ac- tividades y afectación a la vida diaria. Darunmóvilaunniñoalos12años o dejarle jugar a videojuegos es po- nerle en riesgo. El móvil es la heroí- na del siglo XXI. 

P.– ¿Qué más efectos causa? 

R.– Aislamiento, desmotivación, fracaso académico, falta de autoesti- ma, agresividad, problemas de higiene y alimentación, estrés, ansiedad, depresión… Además de una merma en las habilidades sociales: estamos creando una sociedad de cobardes sin habilidad para relacionarse. 

P.–¿Quélecciónpodemossacar del caso conocido la semana pasada sobre el menor hospitalizado por su adicción al Fortnite? 

R.– Da una voz de alerta para todas las familias. 

P.– Usted dirige dos centros donde tratan a los adolescentes y les dan atención educativa, algo que no es habitual. ¿Cómo funcionan? 

R.– Tenemos 110 pacientes en Barcelona y 90 en Madrid desde los 11 a los 19 años; el 70% por adicciones a las nuevas tecnologías. Además del hospital de día, donde se realiza el tratamiento sanitario, el objetivo del aula terapéutica es que los chicos puedan seguir con sus estudios para no perder el curso. Cuando están mejor, sacan mejores notas y, cuando saca mejores notas, se en- cuentran mejor. Los resultados son muy buenos y tienen una vida normalizada dentro de su problemática. Van a dormir a su casa y no pierden el vínculo con sus padres. 

P.–¿Le preocupa el auge que han adquirido las pantallas en los colegios tras el Covid?

R.– Las videoclases han sido un recurso ante una situación excepcional urgente, pero ya está. Lo humano siempre va a ser mejor que lo virtual. Para enseñar no hace falta ninguna aplicación, sino un maestro que fomente el esfuerzo. 

P.– El Gobierno está dando mucha importancia a introducir las nuevas tecnologías en el aprendizaje… 

R.– El Gobierno sobreprotege al alumnado con una ley que no premia el esfuerzo. Ha quitado los exámenes de recuperación y da igual que un alumno suspenda o apruebe para pasar de curso. El mejor sentimiento del mundo es la satisfacción personal por algo que ha costado conseguir. Si les estamos enseñando a los alumnos que en el colegio todo es diversión, ¿qué harán cuando lleguen al trabajo? Tienen que estar preparados para cuando les vengan mal dadas.