Qatar apunta a Málaga y a otras ciudades de España

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120 millones de euros de inversión, 135 metros de altura, 35 plantas, 350 habitaciones, 350 empleos directos en el primer año de funcionamiento y, no se sabe aún, si casino de juego.

El hotel rascacielos del Puerto de Málaga, que costará 120 millones de euros, abrirá en 2020. La propiedad catarí prevé que el Consejo de Ministros apruebe en verano de 2017 el proyecto de 135 metros y 35 plantas que cambiará el ‘skyline’ de la ciudad. La torre será de color blanco y tendrá “una apariencia mediterránea”, según el arquitecto del rascacielos, José Seguí, responsable de otras obras de relevancia en Málaga como el hotel Miramar, el estadio La Rosaleda o la Ciudad de la Justicia.

Las obras durarían dos años y medio. La propiedad (el grupo Almida) no quiso desvelar, a preguntas de El Confidencial, cuándo será rentable. “Lo será y pronto”, se limitó a contestar un representante de Almida y de la sociedad Andalusian Hospitality II. José Antonio Farfán, socio del grupo Deloitte en Málaga, consultora que ha analizado la rentabilidad, aseguró que estaba asegurada tras un profundo estudio de mercado. Este diario ya desveló que Málaga estaba perdiendo clientes de elevado poder adquisitivo por la falta de establecimientos turísticos de cinco estrellas: en 2015 se perdieron 70.000 estancias.

El proyecto Hotel Suites Málaga Port constará de 350 habitaciones, un SPA y un centro de conferencias. Dará empleo en el primer año de funcionamiento a 350 personas. “Será un destino en sí mismo que se convertirá en el buque insignia de la ciudad”, resaltó Seguí, quien auguró una “polémica positiva” en el proyecto. El grupo Almida asegura que esta no será la única inversión en España. Habrá más, aunque no desveló en qué lugares había puesto el ojo.

Una de las incógnitas del proyecto hotelero es si podrá albergar un casino. El grupo inversor tendría que comprar una de las licencias actuales que existen en la provincia de Málaga, como la que tiene el Casino de Torrequebrada (en Benalmádena), según exige la normativa de la Junta de Andalucía. Seguí aseguró que la rentabilidad del hotel no estaba condicionada a la existencia del casino. “Si no sale, no se tiene en cuenta para las cifras económicas”, aseguró el responsable del proyecto arquitectónico.

Respaldo institucional

La ubicación también es un problema. Es una zona donde el viento sopla a una velocidad cinco veces más fuerte que en la Alameda, el centro histórico de Málaga. “Hemos realizado un modelo aerodinámico en una base de pruebas”, resaltó el arquitecto, tras recordar que el 100% de las habitaciones contaba con vistas directas al mar. “Será una torre fácil de construir, un nuevo faro de la ciudad”, destacó Seguí.

¿Cuáles son los pasos a seguir a partir de ahora? En primer lugar, tendrá que haber una declaración de interés portuario. Después hay que cubrir una serie de requisitos, como la modificación del Plan Especial del Puerto, la aprobación y delimitación de las opciones y usos portuarios. El último trámite será una aprobación expresa del Consejo de Ministros. Tanto la Junta de Andalucía como el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, respaldan la iniciativa.

En la Resolución de la Autoridad Portuaria de Málaga de inicio del trámite de competencia de proyectos correspondiente a solicitud de concesión administrativa publicada en el BOE del 20 de febrero de 2016, se indica que hay una superficie máxima de ocupación de 17.610 metros cuadrados y una superficie máxima edificable de 45.000 metros cuadrados, excluida la de la planta bajo rasante, que se permite para aparcamientos y servicios. La altura máxima de la torre era de 150 metros sobre rasante. Aviación Civil había fijado como tope una altura de 175 metros. Al final, el rascacielos se queda en 135 metros.

Había otro grupo inversor interesado en el hotel rascacielos. Estaba vinculada a un fondo de inversión de Singapur y presentada por el arquitecto Antonio Moneo Redondo, a través del Consorcio Light Tower. Puerto de Málaga descartó esta opción al incumplir “cosas sustanciales” del pliego como la “no presentación de un aval económico o una personalidad jurídica no clara”, según confirmó a El Confidencial el presidente de la Autoridad Portuaria de Málaga, Paulino Plata.

Fuente: elconfidencial.com