Así creo (y mantiene) su imperio en Reino Unido la presidenta de bet365

Coates bet365

Se llama Denise Coates, tiene 51 años y estudió econometría en la Universidad de Sheffield. Tras graduarse, aprovechó la pequeña cadena de casas de apuestas que su padre, hijo de un minero de Stoke-on-Trent, había montado en su ciudad natal para levantar un imperio global que, el año pasado, le hizo ganar tres veces más que Tim Cook, presidente de Apple. A sus 22 años, la británica ya era directora general y, alrededor de los 30, fue capaz de detectar antes que nadie la oportunidad que internet ofrecía al mundo de las apuestas deportivas. Frente a la rigidez y la modesta productividad que ofrecían sus competidores con sus sedes físicas, ella fue capaz de anticiparse al gran salto que daría el sector tan solo un par de años más tarde.

Para cuando sus grandes competidores, Ladbrokes y William Hill, empezaron a subcontratar los servidores necesarios para la transformación digital no solo había comprado el dominio bet365.com en Ebay por 25.000 dólares: también había montado sus propias instalaciones y se encontraba en una fase de desarrollo en la aplicación de las nuevas tecnologías muy superior.

El resultado fue que Bet365 consiguió recortar los más de 100 años de historia que le llevaban sus competidores, simplemente con la visión de su presidenta. De hecho, el gran logro de Coates ha sido ser capaz de mantener la casa de apuestas como un negocio familiar, ya que ella controla el 50% de las acciones y la otra mitad está repartida entre sus parientes más próximos. Por eso, apenas se ven obligados a dar explicaciones sobre lo que hacen con sus ganancias y en Reino Unido se considera a la empresa como una de las más opacas del país.

Eso sí, según las cifras que se ha visto obligada a hacer públicas, la compañía movió el año pasado más de 60.000 millones de euros en apuestas en todo el mundo, un montante mayor que el producto interior bruto de países como Uruguay o Croacia. De ellos, la empresa obtuvo 3.061 millones entre apuestas fallidas y ganadas, y, restándole los costes de su actividad, el beneficio neto para la familia Coates fue de 773,3 millones de euros. Del bruto de los ingresos, Bet365 solo pagó 89 millones de euros en impuestos a la Hacienda Británica gracias a unos malabares fiscales que incluyen empresas subsidiarias en Gibraltar, un auténtico paraíso fiscal para las casas de apuestas.

Fuente: elmundo.es