CIRSA inauguró ayer el primer Casino de Valencia

El primer casino de Valencia abrió ayer sus puertas con una afluencia estimada de 700 personas y la vista puesta en el objetivo de 250.000 visitantes al año. La multinacional del juego Cirsa, presidida por Manuel Lao, desembarca así en la ciudad con un casino de filosofía renovada. El lujo de los casinos clásicos se reorienta hacia un ocio integral abierto a un público menos elitista. Quizás por eso sus responsables han relajado las normas de vestir y no exigirá a los clientes chaqueta. Sí deberán ir con pantalón largo y no se permitirá cualquier calzado -nada de bermudas ni zapatillas de deportes-.
Con todo Cirsa no renuncia al público tradicional y mantendrá las instalaciones de Monte Picayo, en Puçol, a las que quiere devolver el glamour perdido y que reserva para un público más exclusivo y de gustos tradicionales, como la ruleta francesa.
El casino de Valencia, ubicado en la avenida Corts Valencianes, uno de los principales accesos a la ciudad, echa a rodar este mes de agosto con el objetivo de crear un espacio «para todo tipo de público», aseguró a este diario su director Antonio Maeso, gerente de los tres casinos valencianos de Cirsa. Las instalaciones, de diseño vanguardista, están orientadas «a un público muy heterogéneo». «El cliente no vendrá sólo a jugar, también podrá cenar o a tomar una copa en la zona «chill-out»», explicó ayer Maeso.
«Queremos que sea un espacio en el que nadie desentone y todos se sientan a gusto», abundó el director comercial del casino, Javier Gutiérrez.
Este templo del juego quiere dirigirse especialmente al nuevo público del póquer. De hecho este juego -de moda gracias a los torneos- y la restauración serán sus dos puntos fuertes. «Es un centro de ocio no sólo habrá juego», insistió Maeso, quien confía en convertir el primer casino urbano de Valencia en un reclamo turístico.
El salón de juego, diseñado por el arquitecto valenciano José María Lozano, tiene 4.000 metros cuadrados y dará empleo estable a 250 personas, un centenar de ellos crupiers, que se han formado durante tres meses y que se desenvuelven hasta en 16 idiomas.
Una reciente modificación de la ley del juego ha permitido a los casinos instalarse en las ciudades -hasta ahora se tenían que ubicar a 20 kilómetros de los núcleos urbanos-.
En las 21 mesas de juego de las que dispone el casino se podrá jugar desde dos euros y medio. Pero como en casi todo siempre hay clases y el casino cuenta con una zona VIP donde la apuesta mínima será de diez euros.
La inauguración oficial del casino, que llega con vocación de dinamizar el turismo en la zona noroeste de la ciudad y, al tiempo, completar la oferta de ocio nocturno de la ciudad, se hará en septiembre con una fiesta por todo lo alto.

Fuente: levante-emv.com

Deja una respuesta