«Desconfíname» despacio que tengo prisa…


Porque viendo lo que ha pasado con la primera salida de los niños, como hagamos lo mismo en el desconfinamiento y no seamos rigurosísimos con las medidas de protección y de aforos (y no va referido tanto al sector como a todos los comercios y especialmente a los bares) lo vamos a lamentar. Será muy tentador, seguramente, aceptar más clientes que lo que el aforo nos permite, o permitirles alargar sus estancias, por aquello de aprovechar y recuperar un poco antes… pero ese puede ser un gran error. Hoy más que nunca hay que saber “ver duros en pesetas” o mejor dicho “preferir pesetas a desaparecer”.

Y es que si esa relajación que muchos expertos (y no de los que salen en la tele cada día contándonos mentiras) advierten se puede producir, y venga un rebrote fuerte, nos va a dar la puntilla a todos. Por eso, ahora más que nunca, prudencia, obediencia y rigor en las reaperturas. Desconfinemos despacio y bien…