El impuesto al juego en Panamá ahoga a los empresarios y arruina el sector

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Los empresarios de juego de Panamá solicitaron al Gobierno una reducción del impuesto del 5,5% que se imputa a los clientes, una medida implementada a mediados del 2015 que causa pérdidas millonarias y de miles de puestos de trabajo.

La Asociación de Administradores de Juegos de Azar de Panamá (Asaja), presentó al Gobierno tres alternativas a ese tributo consistente en eliminar el impuesto únicamente en las mesas de los casinos, aplicarlo solo a las ganancias de los jugadores, o repartirlo entre las 10 actividades económicas que menos pagan impuestos.

El presidente de la Asaja, Antonio Alfaro, aseguró que ya se perdieron unos 3.000 puestos de trabajo. Los empresarios de este sector prevén un panorama sin signos de recuperación y el desarrollo de una actividad deficiente al no poder sostenerse.

Ya algunos casinos redujeron sus operaciones y otros vendieron su licencia a operadores que manejan operaciones más pequeñas, de acuerdo con Asaja.

El impuesto afecta al sector e impacta las arcas del Estado. La recaudación por concepto de juegos de suerte y azar en el 2014 fue de 96 millones de dólares, en el 2015 disminuyó a U$S 82 millones y en el 2016 fue de U$S 79 millones, mostrando una diferencia sustancial en el cobro de recaudaciones. En lo que va del 2017 suman U$S 25 millones.

La medida comenzó a regir desde junio de 2015 y también afectó los ingresos que antes se percibían, prueba de ello es que la Junta de Control de Juegos (JCJ) recibió U$S 30 millones menos que hace tres años, según Alfaro.

La afectación a la industria comenzó desde los 15 días de haber entrado en vigencia el impuesto del 5,5% en bingos, casinos, tragamonedas, y apuestas deportivas.

Los registros de la JCJ del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) reflejan una caída de los aportes al Gobierno Nacional, de parte de las apuestas de un 21,5%.

Generalmente, las máquinas tipo A y los casinos completos son los que producen mayores ingresos al Estado, no obstante, el nivel de apuestas cayó 4,45% y 10,9%, respectivamente, al comparar las cifras del 2014 y 2016, de acuerdo con el MEF.

El presidente de la Asociación Panameña de Operadores de Juegos de Azar (Apojuegos), Raúl Cortizo, coincidió con Alfaro en que se pueden buscar otras alternativas que afecten menos al sector.

«Entre menos juegos hay, menos dinero el operador le dará al Estado», indicó Cortizo.

La principal molestia por el impacto que produce este impuesto, es que se cobra a los jugadores ganen o pierdan, aunque los empresarios son conscientes de que es loable porque se usa para beneficio de los jubilados.

Fuente: eldiario.deljuego.com