El Mundial de Rusia: una buena oportunidad para combatir el juego ilegal

Rusia 2018

Las apuestas en línea, cuyo auge y crecimiento a nivel mundial y que en España sirven de herramienta perfecta para atacar al sector del juego, están en plena expansión en Rusia con el Mundial a la vuelta de la esquina.

Nadie espera realmente que las apuestas en internet tengan una influencia en el desarrollo normal del Mundial visto lo que hay en juego, pero suponen un serio problema para Rusia, donde los partidos amañados han formado parte del paisaje futbolístico durante mucho tiempo.

Y las autoridades aún tienen problemas para regular esta «zona gris» económica.Para tratar de acabar con las apuestas ilegales, el gobierno ha creado una plataforma legal, Tsupis.

«El volumen total del mercado de apuestas ilegales en línea es de más de 2.000 millones de dólares anuales», explicó a la AFP su director Anton Rojkovski, que precisó que «el 70% del mercado es ilegal u ‘offshore'».

Tras la desaparición de la Unión Soviética, las loterías y apuestas irrumpieron con fuerza en un país donde aparecieron salas de juegos en todos los rincones, desde casinos de lujo a lúgubres salones de máquinas.

En 2009, el gobierno trató de poner orden en todo este sistema y prohibió los casinos, aunque autorizó la apertura de salas de apuestas que rápidamente se centraron en el fútbol.

Con el ‘boom’ de internet, multitud de casas de apuestas aprovecharon el vacío legal para prosperar, convirtiéndose en muy populares entre los apostantes. Algo que también ocurrió en España.

El Instituto de Notación de los Bookmakers, una institución independiente que analiza el mercado, estimó en mayo de 2017 que el sector de las apuestas en línea generaba unos ingresos de 11.800 millones de dólares, de los que dos terceras partes procedían de sitios ilegales.

«Esperamos un interés colosal durante la Copa del Mundo», explica a la AFP Aliona Cheyanova, portavoz de la empresa de apuestas on-line Leon.

Tsupis registró su primera apuesta en línea en febrero de 2016 y actualmente ofrece los servicios de 15 casas de apuestas autorizadas, 14 de ellas rusas y una australiana. Los ‘bookmakers’ irlandeses o británicos, que dominan el mercado mundial, no están presentes en el mercado ruso.

Los jugadores que desean apostar por la vía legal deben pagar una tasa y esperar que su identidad sea comprobada, un proceso que puede tardar semanas y que incita a los apostadores a hacerlo en sitios ilegales.

«La mayor parte son pequeñas empresas ‘offshore’, registradas en las Antillas Holandesas, en Costa Rica o en jurisdicciones europeas como Malta o Gibraltar», explica Anton Rojkovski.

Los especialistas consideran que el hecho de que este «dinero gris» esté en cuentas ‘offshore’ no incitará al amaño de partidos que afectó al fútbol ruso en los años 1990, una práctica que entonces llevaban a cabo pequeñas empresas controladas por las autoridades regionales o empresarios locales.

Anzor Kavazachvili, portero que participó en los Mundiales de 1966 y 1970, está a sus 77 años al frente de un Comité Independiente adherido a la Federación Rusa de Fútbol (RFR) para luchar contra el amaño de partidos en el fútbol ruso.

En 2011, el entonces presidente de la UEFA Michel Platini «nos dijo que éramos el único país europeo sin una agencia encargada de luchar contra el amaño de partidos», explica a la AFP.

Pero el intento pasó pronto a la historia. Un escándalo por una decisión arbitral provocó en 2012 el desmantelamiento del comité independiente presidido por Kavazachvili.

«Nuestros ‘bookmakers’ contribuyeron a difundir rumores para anular los partidos que no habían sido amañados y en los que habían perdido grandes sumas», denuncia con sarcasmo.

Si la situación en la primera división rusa ha cambiado, en la medida que el fútbol se convertía en un verdadero negocio en el que «los nuevos propietarios no ven ningún interés en adulterar resultados», los partidos amañados no han desaparecido del fútbol ruso, según Anton Orekh, periodista deportivo en la emisora de radio independiente Ekho Moskvy.

Ahora concentran las sospechas las divisiones inferiores, que concentran una quinta parte de todas las apuestas. Una gran cantidad de dinero en juego.

Fuente: eleconomista.es