Esta semana será muy dura. Hay que aguantar para llegar a ver la luz al final del túnel


Nos cuentan que esta semana va a ser la peor, o una de las peores. Ya ha pasado el primer impacto en el que por supervivencia apenas te da tiempo a pensar y solo puedes actuar. Ahora ya estamos asimilando la situación con capacidad de dotarla de perspectiva y es cuando nos empezamos a sentir más desanimados, no solo por lo que queda, sino por lo que se nos cuenta.

A nivel de enfermedad, los números crecen y esta semana será la peor dicen. A nivel empresarial, también tenemos números… y no son buenos precisamente… a nivel laboral, mejor taparse los oídos… Encima, no podemos hacer nada, y eso es muy frustrante, porque vemos el barco hundirse y no podemos salir de nuestro “cautiverio” ni ayudar. La forma que tenemos de ayudar es quedarnos en casa, pero nuestro instinto no va por ahí. Somos de acción, de salir a por objetivos, a por el alimento… no hemos sido diseñados para hibernar… y eso es incompatible con el confinamiento.

Por todo eso, esta será una semana muy dura. Porque llevamos muchos días confinados y sabemos lo que es y lo que nos espera. Pero dicen también que tenemos una capacidad de adaptación única y eso nos va a permitir salir de esto airosos.

Hay que aguantar y no desesperar. Hay que ser fuerte y saber que el barco se hunde, sí, pero somos humanos y nos sabemos adaptar e incluso reinventarnos… Solo el ser humano, con esa tan criticada y cierta, no lo neguemos, capacidad para destruir, tiene capacidad para sobreponerse a esto.

Dicen que tras esta semana, podemos ver algo de luz y, si vemos luz, nos animaremos y, si nos animamos, nuestra energía saldrá ahí fuera y contagiará a otros… y no les contagiará precisamente del COVID-19, no. Les contagiará de ánimo y esperanza. Y en eso, nos nos ganará nadie… Porque sí, somos destructivos. Sí, nos estamos cargando el planeta, pero cuando nos ponemos; cuando nos unimos; cuando centramos nuestros esfuerzos y somos solidarios, somos imparables…

www.librodelavida.es