Extremadura sigue confiando en el proyecto de Elysium City


No hay nada todavía pero en Extremadura tienen fe -e imaginación- y la propia María de los Ángeles Merino, alcaldesa de Castilblanco (Badajoz), mantiene firme su apuesta por el proyecto. Tan es así que posa en el encalve donde se ubicará con un boceto del mismo.

Es aquí donde hay que imaginar un hotel de cuatro estrellas de diseño futurista, con forma de aleta de tiburón y casino dentro. Donde está Lorenzo López, el secretario del Ayuntamiento, quien amablemente se presta para sujetar el flash, podría haber una mesa de póker, por ejemplo. Unos metros más allá, donde bala una oveja que se ha separado del rebaño porque acaba de malparir en un árbol cercano, visualicen otro hotel/casino, como en el que imaginariamente estamos nosotros, pero un poco más alto. Serán cuatro en total.

A nuestras espaldas, 700-800 metros a lo lejos, el estadio de fútbol, con forma de pétalo principal de un complejo con diseño de flor que se está abriendo y que incluye otro hotel y sala de convenciones. Frente a nosotros, en el embalse de García de Sola, que apresa las aguas del Guadiana y donde ahora hay un solitario pescador con pato -prácticamente un flotador hinchable-, dibujen yates yendo y viniendo. Al otro lado del río, un recinto de conciertos frente al agua. Y escapan a nuestra vista el parque temático, el acuario, el campo golf, la pista de Fórmula 1, el rancho, el pabellón de caza, el centro de hípica, el complejo de granjas urbanas, la noria gigante, el casino resort, las torres residenciales, las islas flotantes, el parque central, el área para festivales, la residencia de mayores, el camping de lujo, el helipuerto, la estación de tren, el parque solar…

El macroproyecto se ha bautizado como Elysium City, una especie de Eurovegas aún más ambicioso que aquel que acabó en nada en Alcorcón (Madrid), y promete la inversión en dos fases y en una de las zonas más deprimidas de Extremadura -la Siberia extremeña- de 13.700 millones de euros, la creación de 60.000 puestos de trabajo directos e indirectos hasta 2028 y 4,5 millones de visitantes sólo el primer año. «Ahora mismo, es la inversión mas grande que hay, si no en el mundo, en Europa seguro», publicita el plan entre las zarzas el secretario de Castilblanco.

Elysium City es un proyecto de la norteamericana Alpha Coraimpulsado por el Ayuntamiento de Castilblanco y que cuenta con el respaldo de la Junta. Es una de las bazas del actual presidente de Extremadura, el socialista Guillermo Fernández Vara -junto a la construcción de una azucarera en Mérida y un matadero en Zafra-, para lidiar con los males endémicos de la región: paro y despoblación. La tasa de desempleo, según la EPA, es del 22,5%, sólo por debajo de la de Melilla (25,9%) y superior a la de Ceuta (22,3%), Andalucía (21,1%) o Castilla-La Mancha (15,7%). Extremadura tiene 1.072.059 habitantes y pierde unos 7.000 al año, 36.000 desde 2011.

«Pero yo digo: ‘¿por qué no?’. Si somos la región donde hay más estabilidad política, paz social, tierra, sol, agua y seguridad jurídica». Así respondía el propio Vara en febrero al periodista del diario Hoy que le preguntaba por el escepticismo que rodea Elysium City. Una semanas antes, en diciembre de 2018, el presidente extremeño había asistido en Mérida a la puesta de largo del proyecto, presentado por el principal promotor, el estadounidense John Cora, ex vicepresidente de Disney.

El principal rival de Vara en las autonómicas del 26 de mayo, el PP de José Antonio Monago, no cree en la materialización de lo que llama «el proyectazo», al que ha calificado de «trola» y «película de ciencia ficción». Unidas Podemos, con Irene de Miguel como candidata, lo tilda de «humo electoral» y advierte de si no será incompatible con la petición en curso para que la zona sea declarada Reserva de la Biosfera. En la misma línea de incredulidad se posiciona Ciudadanos, con Cayetano Polo como cabeza de cartel.

– Pero, ¿lo van a poner?

Son las primeras palabras que escuchamos cuando llegamos a Castilblanco y aparcamos en la plaza del Ayuntamiento. Las pronuncia una señora de 71 años que pasea con una amiga de 78. Al corrillo se incorporan otras dos señoras mayores que no resisten la curiosidad -«¿qué pasa?»- que despiertan los extraños en un lugar donde hay pocas novedades. Entre todas tienen siete hijos, todos emigrados: un funcionario de prisiones, un guardia civil, un empleado en una cadena de televisión nacional, varias hijas amas de casa, la mayoría en Madrid. «Sólo quedamos ancianos, parados y enfermos», resume la demografía local una de ellas. «El 60% de la población tiene más de 60 años», concretará la alcaldesa, que llega a la entrevista con su uniforme de enfermera.

En la localidad, ubicada en la esquina más al noreste de la provincia de Badajoz, hay 1.200 casas, el 60% deshabitadas. La tasa de desempleo es del 23,73%, 1,2 puntos más que la media de Extremadura. Las estadísticas de toda la comarca, la Siberia, son similares: 7,55 habitantes por kilómetro cuadrado, sólo un 13,1% de menores de 18 años.

En Castilblanco hoy hay 972 habitantes, pero llegaron a ser 2.500 empadronados y 6.000 residentes en el 1982/83 cuando la vecina central nuclear de Valdecaballeros -a menos de 10 kilómetros- se construía a buen ritmo. En 1984, Felipe González decretó la moratoria nuclear y la paralizó, iniciándose una sangría demográfica que no ha cesado desde entonces. El último ganador del concurso televisivoLa Vozdedicó su premio a Castilblanco, su pueblo de Extremadura, pero en realidad es el de su padre. Este tenía una peluquería de caballeros cuando en Castilblanco vivían los obreros de la central y tuvo que cerrar y marcharse al cesar la construcción.

El fiasco de Valdecaballeros y algún otro posterior -como una urbanización de 300 viviendas y campo de golf que comenzó a edificarse en 2002 y que chafó la crisis- redunda en la desconfianza de la población, que teme que Elysium City sea el tercer tropiezo en la misma piedra.

RENCOR AL SOCIALISMO

A lo de la central nuclear se achaca también cierto rencor al socialismo, lo que explicaría que en un pueblo como este, a simple vista granero seguro del PSOE, gane el PP. En las pasadas autonómicas obtuvo el 55,69% de los votos por el 37% del PSOE. Y en las municipales, los populares han estado al mando del Ayuntamiento los últimos 30 años, salvo en la legislatura de 2011-2015, que fue socialista. Esta es otra de las grandes peculiaridades de Castilblanco: su Gobierno local siempre es el contrario al de la Junta, en manos del PSOE desde que se inició la democracia, salvo precisamente entre 2011 y 2015, que fue del PP.

Si se repite esta dinámica y se cumple el vaticinio de la macroencuesta electoral dada a conocer esta semana por el CIS, María de los Ángeles Merino (PP), la alcaldesa de Castilblanco, puede estar tranquila en cuanto a la renovación de su cargo. El CIS sitúa al PSOE en las autonómicas de Extremadura con 30-32 escaños, al borde de los 33 de la mayoría absoluta. Al PP, que ahora tiene 27, le concede entre 19 y 21.

Al corazón de lo que será Elysium City se va dando botes por un camino de tierra de varios kilómetros, bacheado y muy estrecho, de modo que los matojos arañan las puertas del BMW tipo todoterreno del secretario, Lorenzo, quien conduce. Elysium City está proyectado sobre 1.200 hectáreas, ahora un erial que sólo usan dos ganaderos para el pastoreo. Cuesta imaginar circulando por aquí el autobús de lujo en el que la expedición norteamericana, con el ex Disney John Cora a la cabeza, visitó la zona en diciembre.

Lorenzo es quien mejor conoce el proyecto, ya que lleva años pendiente de él, y es también el más optimista. «Al 95% que se va a hacer», dice. Muestra como evidencia de que el interés es real las numerosas fotos en Castilblanco de John Cora, quien, explica el secretario, quiso en los 90 que Eurodisney se montara en España y tuvo a Extremadura en su punto de mira. Cora es presidente de Alpha Cora, una de las promotoras y la principal impulsora de Elysium City.

En febrero pasado estaba previsto que los de John Cora presentaran la documentación del proyecto a la Junta, pero la empresa pidió un aplazamiento para subsanar cuestiones técnicas. Preguntada la Junta al respecto, responde vía emailque la moratoria «no paraliza el proyecto, sino los plazos en la tramitación hasta que presente dicha subsanación».

En el Ayuntamiento de Castilblanco aseguran que la documentación se aportará el 15 de junio y que en octubre comenzarán las obras de la primera fase, que está previsto que concluya en 2023 y contempla una inversión de 3.500 millones de euros. La segunda se desarrollaría hasta 2028. «Y desde hace unas semanas tenemos al grupo inversor, Agostor Group, de José Luis Agostino, que va a financiar la primera fase», dice con entusiasmo Lorenzo López.

Para llegar a Castilblanco desde Madrid en coche hay que recorrer 120 kilómetros por la A-5 hasta Talavera de la Reinay luego 98,5 kilómetros por la N-502, una hora y 16 minutos en este último tramo. La otra ciudad de cierta relevancia más cercana a Castilblanco es Ciudad Real, 143,8 kilómetros por la N-432, prácticamente dos horas. En Ciudad Real está también la estación de AVE y el aeropuerto más cercanos.

La otra línea férrea más a mano, Badajoz-Madrid, que pasa por Talavera de la Reina, es la más obsoleta de España y la gran pesadilla en lo que a comunicaciones se refiere de la región, que no tiene alta velocidad y es la única de España sin un solo kilómetro de línea férrea electrificada. Los comicios del 26-Mcoincidirán además con esta línea Badajoz-Madrid cortada por obras.

Con estas infraestructuras, cuesta ver cómo lograrán llegar a Elysium City los 4,5 millones de visitantes que se prevén el primer año. En Castilblanco aseguran que hay un compromiso de Fomento para convertir los 98 kilómetros hasta Talavera en autovía y que además se construirá un tren bala hasta Ciudad Real.

Donde no encontrarán obstáculos los promotores es en el marco legal. En julio de 2018 la Asamblea de Extremaduraaprobó la llamada Legio (Ley Extremeña de Grandes Instalaciones de Ocio), que contempla un tipo tributario reducido y descuentos en las tasas de juego para grandes proyectos inversores como Elysium City. La norma salió adelante con los votos del PSOE, la abstención de PP y Ciudadanos y el rechazo de Unidas Podemos.

Las señoras con las que charlamos en la plaza de vericuetos legales no saben mucho. Les preguntamos si quieren que Elysium City se instale en su pueblo y ponen los pros y los contras en una balanza: «Puede traer vicio y esas cosas y nosotras tenemos ya una edad, nos gusta la tranquilidad. Pero no podemos ser egoístas, que venga, para que los jóvenes tengan trabajo».