Francesc Perendreu denuncia que la oferta del Rasca de la ONCE en Correos carece de control


El presidente de ACENCAS, Francesc Perendreu, se muestra preocupado por este acuerdo de comercialización ya que permite el acceso al juego sin comprobar la edad del jugador.

Correos comercializa en sus oficinas una selección de rascas, un juego que parece inocente pero que, como denuncia Francesc Perendreu, “es de los más adictivos”. Por este motivo, el presidente de la asociación de adicciones sociales, ACENCAS, exige a las autoridades que recapaciten sobre esta oferta que “sólo debería venderse en lugares donde se pueda garantizar un control de su uso”.
 
Los llamados “rascas” (www.juegosonce.es/rascas-once) son una oferta muy atractiva por la que, según rezan sus anuncios, se puede llegar a ganar hasta un millón de euros, con una inversión de 1-5€ por rasca, en un tiempo de 5 a 10 segundos. Tal como recuerda Perendreu, “los juegos de respuesta rápida tienen una capacidad adictiva muy alta, por lo que es especialmente importante que se controle que los menores no acceden a este juego y las personas con problemas de adicción, tampoco”.
 
Perendreu compara el rasca de la Once con la máquina, que es el otro juego de respuesta rápida por excelencia, y destaca que “en hostelería el premio máximo está en 500 euros, lo que sitúa la fantasía de recuperación del jugador en esta cifra, puesto esta fantasía siempre viene dada por la posibilidad máxima de la cuantía del premio”.
 
Como ilustra Perendreu, “un rasca de 250.000€ permite el pensamiento mágico para un jugador patológico de que si al final si gana el premio recuperará todo lo perdido”, e insiste en que es uno de los elementos que hacen tan peligroso este modelo de loterías instantáneas. Además, el presidente de ACENCAS alerta sobre “el estímulo y respuesta en segundos, que puede provocar ludopatía en aquellos sectores más vulnerables de la población.”
 
Teniendo en cuenta las características de este juego, el otro gran punto de alerta es la imposibilidad de controlar que los menores o las personas que de manera voluntaria se han autoprohibido jugar no accedan a este rasca ubicado en las oficinas de Correos, pero también en gasolineras o panaderías. Para el presidente de ACENCAS: “el juego está regulado en nuestro país, la sociedad ya dispone de suficientes opciones de juego, no es necesario convertir a una panadería o un supermercado en un proveedor de juego”. Asimismo, considera que “esta ambición desmedida por vender juego en cualquier local comercial es difícilmente compatible con la voluntad de generar beneficios sociales, un objetivo que deberían fomentar tanto la Once como la administración pública”.  

Nota de prensa