Hard Rock, una compañía en auge dominada por una tribu india

Seminolas

Los seminolas se han caracterizado a lo largo de su existencia por ser un pueblo innovador, abierto al nuevo mundo. Fueron los primeros en abrir camino hacia formas de negocio previamente inexploradas. Los juegos de azar y la venta de tabaco se erigieron como sus principales espacios de desarrollo económico.

Así, en el 2006, decidieron diversificar y globalizar su emporio. Adquirieron el Hard Rock Cafe, la reconocida cadena de restaurantes que con el tiempo se abrió a nuevas formas de comercio, con hoteles y casinos a su nombre. El crecimiento de la marca desde que los seminolas se hicieron con su control no ha hecho más que intensificarse. Actualmente disponen de más de 175 restaurantes, 11 casinos y 24 hoteles, a lo largo del mundo, bajo la propiedad de Hard Rock Cafe.

De este auge tienen mucha culpa los actuales líderes de la tribu. Los seminolas dividen y organizan su territorio en dos grandes estados, Oklahoma y Florida. En el primero de ellos es donde reside la mayoría de sus integrantes, un total de 14.000 miembros. Sin embargo, de los negocios y cuentas se ocupan en Florida. El líder más ­representativo del clan y actual ­vicepresidente de la facción es Mitchell Cypress. Un hombre que resurgió de sus cenizas, que otorgó un nuevo rumbo a una vida encaminada a una muerte prematura.

Los problemas con el alcohol hicieron de su existencia una tortura, tanto para él como para su familia. Sus dos hijas crecieron sin una figura paterna que les guiara. Ni siquiera el diagnóstico de una diabetes, en 1983, fue suficiente para que Cypress se replanteara su situación. Pero sí lo hizo un grave accidente sufrido casi una década después. El choque con su automóvil, al salir de un bar en plena noche, hizo que el antiguo presidente de los seminolas en Florida decidiese entrar en rehabilitación. Tras varios años sin probar el alcohol y llevando una vida ejemplar, en el 2003 fue elegido como presidente de la tribu. Cinco años después publicó su libro Tener diabetes y actuar de una forma honorable, como terapia para ayudar a jóvenes con los mismos conflictos internos que él tuvo en el pasado.

Su infancia no fue nada fácil. Su padre los abandonó, a él, a sus ocho hermanos y a su madre. Una historia dura que Cypress supo transformar en superación con los años. Continúa ligado profundamente a la tribu, después de más de 14 años de vinculación.

Sin embargo, y aun siendo el hombre más carismático e influyente del clan, la facción de Florida tiene un nuevo chairman. Su nombre es Marcellus Osceola. Fue elegido como presidente en noviembre del año pasado. En la estacada quedó James E. Billie, uno de los míticos líderes de la tribu. Billie fue presidente desde 1979 hasta el 2001, cuando fue destituido por mala administración y abusos sexuales. En el 2015 volvió a presentarse y ganó, pero sólo un año después fue destituido.

El nuevo presidente, Osceola, tiene 44 años y es empresario. Anteriormente había sido elegido para constituir el consejo tribal del clan, así como la junta de directores de la tribu, encargándose de los asuntos comerciales.

Ahora, como presidente, deberá acrecentar mucho más sus expectativas y tener una visión más global de la economía de los seminolas. Su presidencia durará hasta mayo del 2019, si no vuelve a resultar electo en un nuevo plebiscito.

Parece que el reciente líder está haciendo su trabajo de forma diligente y precisa. La tribu ha llegado recientemente a un acuerdo con el gobernador de Florida para poseer en exclusividad los derechos de juegos de blackjack, dados y ruleta. Este convenio sería una pro­longación al contrato ya firmado con anterioridad, acumulando así un compromiso de veinte años por los que la tribu deberá abonar al estado de Florida unos 3.000 millones de dólares, cifra que podría ­variar según los ingresos de sus ­casinos.

A esta medida se suma el proyecto de los indios seminolas aprobado por la Generalitat para desarrollar el conocido Barcelona World bajo la marca Hard Rock al lado de Port Aventura, en Tarragona. La idea es cimentar un edificio que albergará un gran hotel, además de casino, salas de espectáculos, zona comercial y espacios para la celebración de congresos y eventos.

La estrategia constaría de una primera fase donde la tribu invertiría unos 700 millones de euros, una cifra que ascenderá a los 2.500 millones al finalizar el proyecto.

La tribu que jamás fue con­quistada no tiene límites. Con el paso de los años se están con­virtiendo en una de las instituciones más poderosas y ricas de Estados Unidos.

Fuente: lavanguardia.com