Inminente inicio de la actividad de apuestas en Extremadura

Bandera Extremadura

Extremadura ha inaugurado una nueva etapa en el juego. Ya no habrá únicamente bingo, cartas, ruletas y loterías. En la televisión y en la radio se escuchan a menudo todo tipo de apuestas, algunas insólitas, pero solo podían hacerse por Internet. Sin embargo, la comunidad autónoma ha abierto la puerta legal a las casas de apuestas, un negocio floreciente en tiempos de crisis y que tiene su origen en la tradición anglosajona.

«Si no hemos dado el paso antes es porque la ley aún no lo permitía», decía esta semana Manuel Cidra, un empresario de Badajoz de 28 años que va abrir en el barrio de San Roque pacense, junto a su socio, José Manuel Vázquez, un local donde la gente, siempre mayores de edad, podrán realizar apuestas deportivas de todo tipo. Se trata del primer negocio de esta naturaleza en Extremadura y espera que esté funcionando dentro de dos meses.

Extremadura se equipara así a la mayoría de comunidades autónomas que ya permiten este tipo de locales de apuestas. Lo hizo el pasado mes de agosto, cuando la Junta de Extremadura aprobó su reglamento que terminaba de desarrollar la última modificación de la Ley del Juego con la Ley 2/2012, de 28 de junio.

Este reglamento, amparado en el decreto 165/2014 de 29 de julio, y en vigor desde el 5 de agosto de este año, amplía el catálogo de establecimientos donde pueden practicarse los juegos autorizados, que en Extremadura estaba restringido a casinos, bingos y salones de juego.

Además, contempla por fin las apuestas mutuas, de contrapartida y cruzadas; así como aquellas en tiempo real y sobre el resultado. El texto empieza explicando que «aunque las apuestas gozan de cierta tradición en nuestra sociedad, sin embargo es reciente el auge de las ligadas al desarrollo de determinadas actividades deportivas y de competición que cada vez son más populares. Tampoco podemos desconocer que, al amparo de la evolución tecnológica, se han generalizado las apuestas de contenido diverso sobre acontecimientos y eventualidades a través del acceso a las actividades de juego de forma remota».

Entre otras restricciones, no pueden participar deportistas, sus agentes, entrenadores, jueces o árbitros u otros participantes directos en el acontecimiento sobre el que se apuesta.

Cidra, de 28 años, trabaja en Madrid y ha observado cómo funcionan estos locales, donde afirma que solo en esa comunidad hay unos 300. Otras capitales de provincia o municipios de menor tamaño que Badajoz en comunidades limítrofes como Castilla-la Mancha (en Andalucía aún no son legales), ya tienen este tipo de casas de apuestas. Entre el 70% y el 80% de los jugadores, dice Cidra, apuesta en el fútbol.

Los siguientes deportes más atractivos suelen ser el tenis y el baloncesto, aunque las posibilidades son casi infinitas y deportes no implantados en España, por ejemplo el hockey sobre el hielo o el béisbol, también tienen sus seguidores.

Pero más allá del empleo que se cree, lo valioso de este tipo de actividad empresarial en la región es el dinero que deja en impuestos. Según la Consejería de Hacienda de la Junta de Extremadura, se espera que los cambios que trae consigo la regulación tenga un impacto positivo en la recaudación fiscal.

Extremadura solo tiene un casino. Hasta ahora, de los impuestos que recauda la Junta, los que provienen del juego tan solo representan el 0,2 por ciento de los ingresos que llegan a la caja autonómica por la vía fiscal, 1,7 millones según los presupuestos de 2014. El juego por tanto es el concepto menos cuantioso, muy por detrás del IVA (que representa el 51,9%), el impuesto sobre consumos específicos (35%), el de transmisión de patrimonio (8,8%), el canon de saneamiento (3,2%), y el impuesto sobre la eliminación de residuos en vertedero (0,4%).

Fuente: hoy.es