La importancia de una buena normativa para atraer inversión

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No solo basta con autorizar o legalizar el juego y sus diferentes variantes para hacer un mercado atractivo, sino que además hay que elaborar una normativa que dé seguridad a los potenciales inversores. Es el caso de Caesars y Brasil, donde la compañía ha puesto el punto de mira pero esperando a la regulación que se apruebe y que dé seguridad jurídica suficiente como para acometer inversiones en el país.

Los grandes operadores de casinos, como Caesars Entertainment, ya han puesto su atención en el mercado brasileño, a la espera de una posible apertura legal. Jan Jones Blackhurst, vicepresidente de Relaciones Gubernamentales y Responsabilidad Corporativa de Caesars Entertainment Corporation, habló con Forbes Brasil del interés en este mercado y de la importancia de la transparencia en el proceso de concesión de licencias.

En la última edición del Brazilian Gaming Congress (BGC), realizada a finales de noviembre pasado, operadores internacionales de primera línea se mostraron confiados en la entrada en vigor del marco regulatorio de los juegos de azar en el país. Los dos proyectos que simultáneamente esperan su tratamiento en la Cámara de Diputados y en el Senado cuentan con chances de aprobación, a pesar de haber sido relegados nuevamente en diciembre pasado.

De ser aprobado alguno de ellos, la ley debería ser rápidamente sancionada por Michel Temer. “El presidente tiene más prisa que nosotros. Necesitan con urgencia recaudar”, señaló el diputado federal Nelson Marquezelli (PTB-SP), miembro de la Comisión Especial de Marco Regulatorio de los Juegos en Brasil.

Se estima que, de encontrarse plenamente operativo, el mercado de juego brasileño tiene un potencial recaudatorio en impuestos cercano a los 20.000 millones de reales anuales (unos 6.300 millones de dólares). Y los primeros hoteles-casino deberían entrar en operaciones al menos dos años después de su reglamentación.

Pero la preocupación de los potenciales inversores está puesta en la estabilidad jurídica y tributaria que el marco legal sea capaz de garantizar. Superadas las desconfianzas, cada grupo –que debe estar obligatoriamente formado por un brazo hotelero y otro ligado a la operación internacional de casinos– podrá disputar hasta tres concesiones (cada una en un estado diferente), entre las 35 que serán puestas a licitación en las grandes ciudades del país.

Las licencias que serán licitadas deberán garantizar inversiones de entre 100 y 300 millones de reales (31,5 y 94,5 millones de dólares, respectivamente), y el segmento hotelero del negocio será vital en estas ofertas, ya que en las grandes ciudades, los casinos sólo podrán operar en hoteles con al menos 1.000 cuartos, sean ellos de establecimientos existentes o erigidos desde cero.

Y prueba de que la industria internacional está muy atenta al mercado brasileño fue la presencia de Jan Jones Blackhurst en la última edición del BGC. Cabe recordar que la ejecutiva fue Alcaldesa de la ciudad de Las Vegas por dos mandatos (1991-1999), y hoy es Vicepresidente de Relaciones Gubernamentales y Responsabilidad Corporativa de Caesars Entertainment Corporation.

En una reciente entrevista de Forbes Brasil, Jones Blackhurst asegura que hay un interés muy fuerte en este mercado, y que la inversión dependerá directamente de la seguridad jurídica y la transparencia que pueda ofrecer la legislación a aprobarse.

En Brasil, algunas leyes “van y vienen” (el bingo, por ejemplo, fue prohibido en 1946, permitido en 1993, y prohibido nuevamente en 2004). ¿Eso le preocupa?

Claro que sí. Fue una de las primeras cuestiones que analicé. El marco regulatorio tendrá que ser muy transparente y dar la seguridad jurídica necesaria para que (los operadores) podamos determinar si es que vamos a invertir y de qué forma. Creo que el Gobierno brasileño entiende que si se modifican las reglas a mitad del juego, los grandes operadores internacionales no van a querer participar.

El Brasil se habla mucho del riesgo de dependencia ligado al juego, y poco sobre la generación de empleos y la renta, como ustedes aseguran. ¿Cómo van a lidiar con esto?

El juego siempre despertó controversias. Pero su legalización no crea enfermos, la dependencia ya existe y está instalada de una forma u otra. Por eso es importante que la reglamentación garantice la implementación de programas que solucionen estas cuestiones. Parte del dinero recaudado debe ser usado para ayudar a las personas que requieren de asistencia. Las investigaciones muestran que los jugadores compulsivos en los Estados Unidos, en Australia y en el Reino Unido representan menos del 2% de las personas que frecuentan una sala de juego, y esa incidencia va cayendo justamente en función de los programas de recuperación financiados por la industria del juego. Por falta de información, poco se dice de los beneficios que genera el sector, que de hecho son mucho mayores que estas cuestiones negativas de las que estamos hablando.

¿Cuantos empleos puede generar un hotel-casino del porte establecido en el Proyecto de Ley, por ejemplo?

Durante su construcción, de 2.000 a 4.000 empleos. Y una vez en funcionamiento, los servicios de hotelería, alimentación, entretenimiento, marketing y administración demandan cerca de 3.000 empleos directos y 5.000 indirectos. Y más allá de eso, toda la economía relacionada –fabricantes de alimentos, de productos y servicios de limpieza, transporte– mueven por año entre 100 y 200 millones de dólares.

¿De qué inversiones estamos hablando?

Si se aprovecha la estructura de un resort ya existente, es preciso evaluar en qué medida sus instalaciones y servicios requieren actualización y adecuación. Tal vez unos 800 millones de dólares, podemos suponer. Y partiendo desde cero, entre 1.000 y 5.000 millones de dólares.

En total, ¿cuánto invertiría el grupo Caesars en Brasil, de aprobarse la ley?

Dependiendo de la seguridad jurídica que la legislación nos ofrezca, y de la transparencia involucrada, invertiríamos lo que fuese necesario.

Fuente: yogonet.com