Nuestra policía del fútbol: un equipo a la caza de amaños, con más medios que la propia UEFA

gráfico amaños

El pasado 19 de febrero la Policía Nacional desplegó el mayor dispositivo puesto en marcha hasta la fecha contra el amaño de partidos de fútbol en España. Los agentes detuvieron a más de 30 miembros de una trama conformada por futbolistas y brókeres que manipulaban el resultado de los encuentros al tiempo que apostaban grandes cantidades de dinero en casas de juego asiáticas. La operación, sin embargo, no nació en la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía, responsable de las posteriores pesquisas, sino en un nuevo grupo de investigadores que ha creado la Liga de Fútbol Profesional (La Liga).

El equipo está conformado por especialistas en apuestas, ingenieros, analistas de inteligencia y expolicías que pertenecen al departamento de Integridad del organismo que agrupa a los clubes de Primera y Segunda División. Rastrean regularmente informaciones de más 400 medios de comunicación (la mayoría de ellos, locales), las redes sociales, los foros de aficionados y, sobre todo, las oscilaciones de las apuestas en casas españolas y asiáticas, el continente que concentra los mayores volúmenes de dinero. Para ello, disponen de un novedoso ‘software’ desarrollado por La Liga llamado Tyche, diosa griega de la suerte, que detecta anomalías en las cotizaciones de los encuentros.

Si hay seis córneres seguidos y notan un incremento en las pujas a favor de un gol del equipo atacante, entienden que se trata de un movimiento normal. Los apostantes observan que un conjunto está más fuerte que el otro y, por lo tanto, se lanzan a apostar por el primero. Si, por el contrario, observan que se disparan las apuestas por un resultado ilógico sin que haya ocurrido nada relevante en el desarrollo del partido, comienzan a preocuparse. El programa recoge datos de las casas de juego más importantes del mundo y los relaciona con los eventos que van ocurriendo durante el partido (saques de esquina, penaltis, goles, cambios, fueras de juego, etc.), que también llegan de forma instantánea.

«El programa envía una alarma cuando detecta movimientos extraños, pero luego tenemos que analizar la información y comprobar si hay motivos para sospechar», explica Alfredo Lorenzo, responsable del departamento de Integridad y uno de los expolicías del grupo de investigadores que trata de detectar partidos amañados. Tanto él como el resto del equipo descubrieron hace meses la trama que dio lugar a la denominada operación Pizarro de la UDEV. «Recibimos una información; alguien nos contó que estaban tocando a árbitros para amañar un partido; fuimos a hablar con ellos, admitieron que les habían hecho una oferta, pero que la habían rechazado; nos dijeron quiénes les habían propuesto participar del amaño y tiramos del hilo», cuenta Lorenzo, que hace años fue miembro de las unidades antidisturbios de la Policía.

Tras estas primeras gestiones, los investigadores de La Liga detectaron a cinco futbolistas. «Teníamos los nombres de los que habían tratado de ‘tocar’ a los árbitros y fuimos a hablar con uno de ellos después del partido que habían amañado; nos contó cómo se había desarrollado la película; conseguimos definir cómo había sido el ‘modus operandi'», recuerda Lorenzo, antes de detallar cómo fue la investigación posterior. «Son chavales de 20 a 28 años y tiene todo colgado en internet; sacamos mucha información de las redes sociales, de pronosticadores y de fuentes abiertas», explica. Lorenzo también relata cómo funcionaba la trama. «La organización colocaba apuestas en Asia, sobre todo en el denominado ‘over 2,5’, que apostaba por que se iban a meter más de dos goles en un encuentro. El dinero se apostaba una vez que ya había comenzado el encuentro».

«Los cabecillas de la trama contactaban con los jugadores días antes, exigían que estuvieran en el ajo dos defensas, el portero y el capitán del equipo para poner en marcha todo el operativo; una vez que tenían esto asegurado, les anunciaban que en la grada habría alguien de la organización que les daría una señal cuando se hubiera hecho la apuesta; en ese momento, los jugadores sabrían que ya podían dejarse los goles para que el resultaron se ajustara a la apuesta que había hecho la trama», relata Lorenzo, que recuerda que Tyche detectó un importante número de apuestas al ‘over 2,5’ a partir de un minuto determinado y de golpe.

Tras tener claro el ‘modus operandi’, los ‘policías’ de La Liga trataron de comprobar si el patrón se repetía en otros encuentros. «Vimos muchos partidos más a ver si encontrábamos rasgos similares; detectamos otros dos encuentros y comenzamos a buscar relaciones de jugadores, clubes, etc. entre estos últimos partidos y el primero», rememora el responsable de Integridad del organismo, que saca pecho cuando se le pregunta por el ‘software’, porque asegura que es el más avanzado del mundo y que La Liga es la única organización que hace este tipo de investigaciones por sí misma. Ni siquiera la UEFA dedica tantos medios.

«Nosotros actuamos preventivamente dando talleres por toda España, monitorizamos partidos, analizamos fuentes abiertas y mercados de apuestas, establecemos relaciones, estudiamos cada alerta y luego tenemos un acuerdo con la Policía Nacional para presentar denuncias y ampliarlas cuando recopilamos más información», explica. «A veces tardamos meses en preparar una denuncia, porque un partido no es determinante y hay que esperar a que se celebre otro», afirma Lorenzo. «Hay que tener paciencia, es muy importante estudiar la trazabilidad de los futbolistas, por qué equipos han ido pasando», añade Iñaki Arbea, otro miembro del equipo que trabajó como investigador de delincuencia económica de la Policía Nacional.

Arbea asegura que los talleres de formación que imparte el grupo son muy importantes porque los oyentes luego pueden ser fuentes de información que les ayudan a trasladar alertas o a contrastar información. «Queremos estar desde el momento de la prevención hasta el día del juicio», agrega Lorenzo, quien recuerda que La Liga puso la primera denuncia que luego daría pie a la operación Pizarro en febrero de 2017. «En ella ya se detallaban los autores del amaño, posibles testigos, las relaciones entre ellos, el ‘modus operandi’ e incluso algunas conclusiones», cuenta el responsable de Integridad de la entidad deportiva, que añade que los partidos que ellos ponen en duda están ya muy trabajados y hay muchos indicios de que detrás de ellos ha habido un amaño.

Lorenzo apunta que su equipo investiga tanto el amaño orientado a la obtención de un beneficio económico vía apuestas —el relatado— como el dirigido a conseguir un rédito deportivo. Al final de temporada, por ejemplo, deben estar muy atentos para que no haya clubes que ‘se juegan nada’ que se dejen perder a cambio de dinero porque esto permite a sus rivales mantener la categoría. «Queremos que la protección y la limpieza sea total», resume Lorenzo, quien subraya también que ahora cada vez es más difícil delinquir en este sector. «El reparto de los derechos de televisión disuade mucho, porque ya no es lo mismo quedar octavo que noveno y eso de que ya no te juegas nada no es tan real, porque te juegas tener más dinero para la siguiente temporada; el ‘compliance’ representa otra barrera más para prevenir», señala.

Fuente: elconfidencial.com